a mi madre
Morirme de amor entre las rosas
tocar fonde en el fondo
del amarillo feliz de los pensamientos
celebrar el nuevo brote de la hortensia
beber junto a la begonia hasta embriagarnos
perfumarme de gramilla y sumergirme
en el feroz olor de los jazmines.
Y a la noche, cuando todo duerma,
la alegría del hogar bailará conmigo
a media luz
mejilla a mejilla hasta hacernos
una sola alegría
un solo latido
una sola esperanza.
Conmueves, Ana. Con el poema y el post anterior. Destilas verdad, belleza y armonías...
ResponderEliminarTe ubicas entre el dolor y la esperanza; entre el amor y la certeza...
Todo mi afecto en este comentario.
¡Gracias, amigo! Esos son en verdad mis sentimientos. Abrazo.
EliminarSólo el silencio restaura cada cosa en su lugar.
ResponderEliminarAsí es. En el silencio se descubren las profundidades del espíritu. Gracias por comentar.
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