viernes, 28 de febrero de 2014

De barbas y de bárbaros

Eran bárbaros.
Usaban largas barbas.
Tenían yelmos y corazas.
Tenían garrotes toscos.
Tenían olfato para el poder.
Tenían costumbre de arrasar.
Tenían desprecio por los pensantes.
Tenían dominados a sus sirvientes.
Tenían el hábito de la traición.
Tenían tendencia a negar sus fechorías y a verse como inocentes.

Después, la buena noticia: los bárbaros fueron exterminados.
Desde entonces, el protocolo exige rostros afeitados, nadie usa yelmos ni corazas, la tecnología ha cambiado los toscos garrotes por teclas sofisticadas.
Sin embargo,
siguen teniendo
           olfato para el poder
           costumbre de arrasar.
           desprecio por los pensantes.
           dominados a sus sirvientes.
           el hábito de la traición.
           tendencia a negar sus fechorías y a verse como inocentes.
Es decir,
siguen teniendo
          nuestra vida en sus manos
          nuestro futuro debajo de su pie.


viernes, 7 de febrero de 2014

Limpieza

Cepillo y esponja
contra los vidrios helados.
¿Cómo desempañar sueños
si el agua es tan turbia?

Zapatillas ajenas 
abrazan pies sin caminos.
¿Cuánto de humano agoniza
en tu vaivén de alas quebradas?

¿Y nosotros? 
Los que exhibimos vidrios impecables
los que nos sumergimos en aguas transparentes
los que calzamos zapatos propios 
para andar nuestro camino
¿cuál es nuestra palabra?
¿de qué tamaño es el silencio que elegimos?

No hay cepillo que limpie
los oscuros rincones del alma.

Gotera

La gotera entretiene
la tarde lluviosa
con su rítmico tac
sobre la palangana de zinc.
La humedad va tiñiendo
los olores domésticos:
el hule del mantel
el mate recién cebado
las humildes frituras.

Se me desnuda el alma
ante esta paz sencilla
hecha de amores
de besos
de manos abiertas
de palabras simples
de no pedirle nada al día
de atravesar la noche con ojos limpios
de enamorarse locamente
de la tenue luz
temblorosa
de un farol.

jueves, 6 de febrero de 2014

Por saber

Era solamente por saber 
cómo andan tus dolores
si has comido bien
si te acordaste
de las horas minuciosas 
de tus tantas medicinas
qué ha dicho hoy el médico
o si el masaje pudo
finalmente 
poner en marcha tu rodilla.

Era simplemente por saber
de tu mundo
más pequeño cada día.

Pero el teléfono no suena
y nos ha crecido 
esta neblina
este abismo
este frío en las manos
esta desnudez.