jueves, 7 de abril de 2011

Deudas




a Lucila
a los niños del mundo



Te debemos
olvidar las palabras ambiguas
y hablarte y hablarnos solo con las traslúcidas
quiero decir
que "verdad" sea verdad y no imagen superpuesta.

Te debemos
aprender a verte cuando te miramos
para encontranos en el agua transparente de tus ojos.

Te debemos
aprender a caminra descalzos
y reconocernos en las huellas que heredarás
cemento fresco de tu infancia.

Te debemos
abrazar tu humanidad
y entregarte historia y sueños
renacer
en el breve contorno de tus brazos.

3 comentarios:

  1. Un tributo a la infancia que nos exige pensar, pensarnos y no defraudar. Todo un logro insertar el cemento en este poema, Ana. Saludo cómplice.

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  2. Hermoso, amiga. Me emociona especialmente. Un abrazo.

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