jueves, 12 de febrero de 2009

El fuego de una pasión

Al llegar a la esquina se encontraron, se miraron a los ojos y se besaron apasionadamente, muy apasionadamente. Sus cuerpos abrazados se abrasaron y envolvieron en su abrazo de brasas a los desprevenidos transeúntes que pasaban por allí. Cuando, varias horas más tarde, los bomberos lograron dominar el incendio, encontraron, entre los depojos del fuego, dos bocas carnosas, vivas, palpitantes, unidas para siempre en un flamígero beso interminable.

2 comentarios:

  1. a veces , el fuego es imparable...y creo que esos son momentos de los mas importantes en la vida : es una bendicion vivirlos,una maldicion perderlos...que bella imagen generan esta narracion...

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  2. Gracias, Marce. Fuego, pasión. Me hace pensar en las utopías. La vida es demasiado gris sin ellas, ¿no te parece?

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