Y lo hicimos nomás: nos juntamos para celebrar el arte en varias de sus formas. Hubo música y canto en la voz generosa y sorprendente de Heddy, amiga reencontrada, compañera fiel. Y en la voz y la guitarra de Dani y Nico, grandes músicos, hermosos hacedores de sorpresas.
Hubo también formas y colores inesperados en la creación de
las artistas plásticas del taller Arteoeste.
Y, claro, hubo palabra. Palabra de amigas, palabra poética, palabra poderosa,
palabra para contar días y horas felices.
Porque sí, es verdad, este fue otro día feliz, por el nacimiento y por el compartir.
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