Gotea el agua
lentamente
sobre la piedra
y va dejando poco a poco
su marca misteriosa
de universos infinitos.
Sin peso
despojada de mí
soy solo pies que danzan
y me sumergen
en su húmeda caricia de útero.
Recorre el agua
lentamente
las extensiones de mi piel
le perdona tiempos y caídas
vence los desvaríos de mi cabello
cobija mi sed en su blandura
y me nace
sostenida apenas
entre sus dedos.
De gran belleza, amiga poeta... ¡Celebración del agua! Un abrazo.
ResponderEliminarUn poema que fluye, liviano, acariciante...ABRAZO.
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