Defiendo mis palabras es un hijo de mi alma que me ha llenado de alegrías, emociones, sorpresas. Pero ya cumplió su ciclo, al menos por estas latitudes, y el sábado 13 de mayo hicimos la última función. Hubo emoción por lo que ya no será y festejo por todo lo que fue. Inolvidable experiencia. Gracias totales.
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