martes, 22 de noviembre de 2011

Y rotaron los signos



Sí, así fue. Hubo signos en rotación que nos llamaron por nuestros nombres para armar el convite. Y el signo fue palabra, fue voz, fue figura; lágrima que licuó pasiones y nostalgias, abrazo que derribó distancias. Por supuesto, no podía faltar la lluvia: justo a tiempo se derramó como amor de ángeles. ¿Y ese rumor de aleteos? Sí, claro, eran los colibríes que sobrevolaban atentos para no perderse detalle de esa noche mágica y que nos bendecían bordando flores en el aire.

2 comentarios:

  1. ¡Que bellas palabras...! De poeta, pero sobre todo de amiga. Te quiero.

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  2. RESULTO UNA NOCHE POTENTE, DIGNA DE RECORDAR Y REPETIR. SALUDOS, ANA.

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