Claro que no fue por casualidad, ya que las casualidades no existen. Pero lo cierto es que lo encontré sin buscarlo. Leerlo fue un descubrimiento inesperado. Se trata de Taciano Téndola, Hno. Marista, italiano por nacimiento y santiagueño por enamoramiento. De su libro póstumo, Treinta poemas santiagueños, elijo:
Ha nacido un chango
Juan ha nacido. ¿Y qué?
Ha nacido y basta.
Ya veremos
¿O quieren que una tormenta
de carbón
madure ya en su frente
como la sombra necesaria
de su vida?
Ha nacido Juan y basta.
(Un sol inédito
burbujea por las ventanas
entre aleluyas de pan casero
escapándose por las rendijas.
Roto el silencio de las esperas,
el pueblo desnuda su alegría
en el viento).
¡Achalay mi chango!
Ha nacido.
Y basta.
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