Terremoto
Este que tanto fue metáfora
se hizo de pronto contundencia.
Por fin sabemos qué decimos
cuando invocamos su erres y sus tes
aterradoras
su movimiento involuntario
y ese cruel vacío debajo de los pies.
Este que tanto fue metáfora
se hizo de pronto contundencia.
Por fin sabemos qué decimos
cuando invocamos su erres y sus tes
aterradoras
su movimiento involuntario
y ese cruel vacío debajo de los pies.
"(...)ese cruel vacío debajo de los pies". Así debe sentirse. Todo lo que podamos hacer, aportar con amor, es válido. Un poema a tiempo, hallado en la intemperie, puede encender una pequeña luz en la oscuridad más íntima. Un fuerte abrazo. Gustavo.
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